o dejados totalmente aturdidos por lo que nos sucede. La respuesta a la pregunta “¿por qué?” es siempre la misma: “Quiero ver a mi Hijo reflejado en ti.” Y luego, cuando llegué a la edad de tener derecho a recibir una pensión del Estado, comencé a hacerme una serie de preguntas importantes. ¿Cuál es el objetivo y la meta de la vida ahora? Supongamos que ya no pueda predicar. Supongamos que la gente ya no reciba de mí algún ministerio pastoral. Supongamos que no pueda escribir este libro. ¿Cuál sería
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